sábado, 23 de abril de 2011

"La inteligencia y lo inteligente en el Tenis de Mesa", por Luis Martin

Howard Gardner, psicólogo educativo y catedrático de la Universidad de Harvard, propone que no hay una, sino múltiples tipos de inteligencias, que son independientes entre sí. “Las personas pueden ser vistas como poseedoras de distintas habilidades, cada una igualmente valiosa y con algo que aportar a la sociedad”. Esto significa también que alguien puede no ser bueno en algún área, pero excelente en otra u otras, lo que nos libera de las etiquetas sobre ser inteligente o no inteligente.

Howard Gardner destacó la importancia de estimular en etapas tempranas a nuestros hijos para identificar cuáles son esas áreas en las que mejor se desempeñan, y ayudar a que desarrollen todo su potencial.

De acuerdo a la clasificación de Gardner:

la inteligencia lingüística: se refiere a la habilidad de comunicar eficientemente nuestras ideas, ya sea escrita u oralmente.

La inteligencia lógico-matemática: se trata de la más popular porque es a la que más énfasis se le da en los colegios. Se refiere a la capacidad de manejar relaciones numéricas y de causa efecto.

La inteligencia espacial: consiste en la habilidad de representar mentalmente espacios y objetos tridimensionales y maniobrar usando estos modelos mentales.

La inteligencia corporal o cinética: es la capacidad de coordinar los movimientos del cuerpo armoniosamente y de usarlo para resolver problemas.

La inteligencia musical: consiste en la habilidad para comprender las cosas en función de ritmos y melodías, identificar notas etcétera.

Inteligencia interpersonal: es la capacidad para entender los sentimientos, motivaciones, actitudes y perspectivas del otro, y utilizar esto para trabajar armoniosamente.

La inteligencia intrapersonal: es la capacidad de comprenderse a uno mismo y saber utilizarla para lograr un mejor desenvolvimiento en la vida diaria.

Los individuos creativos se caracterizan por combinaciones poco habituales de inteligencia y personalidad, en este sentido resultan fundamentales las circunstancias en que trabajan y quienes les rodean.

Tradicionalmente se ha visto la inteligencia como una sola identidad inherente a cada uno de nosotros y en diferentes grados. En el año de 1983, Howard Gardner psicólogo estadounidense reconocido por sus teorías acerca de la inteligencia amplió el concepto de la inteligencia al decir que ésta es la capacidad desarrollable y no sólo algo innato de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una cultura (o varias); así estaba quitando la etiqueta de inteligentes sólo a los “intelectuales” y estaba dando cabida a una serie de talentos que antes no habían sido reconocidos.
A principios de la década pasada, Salovey y Mayer acuñaron para la inteligencia personal la denominación de inteligencia emocional (lE), a la que definieron como «la capacidad para supervisar los sentimientos y las emociones de uno mismo y de los demás, de discriminar entre ellos y de usar esta información para la orientación de la acción y el pensamiento propio» (Salovey y Mayer, 1990, p. 189).

Los mismos autores reformularon posteriormente esta definición, pues reconocieron que resultaba insuficiente en algunas situaciones, ya que incidía solamente en la regulación de las emociones, omitiendo la relación entre los sentimientos y el pensamiento. Para soslayar las carencias encontradas, propusieron la siguiente definición: «La inteligencia emocional relaciona la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emociones, relaciona también la habilidad para acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan el pensamiento, también la habilidad para entender emoción y conocimiento emocional y la habilidad para regular emociones que promuevan el crecimiento emocional e intelectual» (Mayer y Salovey, 1997, p. 10).

El mérito de estos autores, como destacan Martin y Boeck (2000), está en
haber identificado cinco capacidades parciales diferentes como elementos
integrantes de la competencia emocional:

- Reconocer las propias emociones, es decir, poder hacer una apreciación
y dar nombre a las propias emociones. Sólo la persona que sabe
por qué siente y cómo se siente puede manejar sus emociones, moderarlas
y ordenarlas de manera consciente.

- Saber manejar las propias emociones: aunque las emociones (miedo,
tristeza, ira,...) no se pueden desconectar o evitar, la persona tiene
capacidad para conducir, controlar y manejar las reacciones emocionales,
sustituyendo el comportamiento congénito primario por formas
de comportamiento aprendidas y sociales, como el flirteo o la
ironía.

- Utilizar el potencial existente: el Cl elevado por sí solo no es suficiente
para obtener unos buenos resultados escolares o sociales, también son
necesarias otras buenas cualidades, como perseverancia, motivación ser capaz de sobreponerse a las frustraciones o fracasos, tener confianza en uno mismo.
- Saber ponerse en el lugar de los demás: la comunicación emocional no necesita verbalizaciones, es una predisposición a escuchar, comprender pensamientos y sentimientos del otro.
- Crear relaciones sociales o facilidad de establecer relaciones interpersonales.
La relación satisfactoria con los demás depende de nuestra capacidad de crear y cultivar las relaciones, de resolver los conflictos personales, de captar los estados de ánimo del otro.

Estas cualidades emocionales, según los citados autores, pueden aprenderse y desarrollarse mediante el esfuerzo por captar de manera consciente las propias emociones y las de los demás.

Se considera que fue Goleman (1995) quien primero conceptualizó la
inteligencia emocional, que «es una meta-habilidad que determina el grado de destreza que podemos conseguir en el dominio de nuestras otras facultades» (op.cit., p.68), considerándola como el más importante de los factores que intervienen en el ajuste personal, en el éxito en las relaciones personales y en el rendimiento en el trabajo. Este autor destaca cinco elementos determinantes del desarrollo de la inteligencia emocional: la conciencia emocional, el autocontrol, la motivación, la empatía y la habilidad social. Las tres primeras dimensiones dependen fuertemente de la propia persona, correspondiéndose con el propio yo: ser consciente de uno mismo, saber controlar en cierto modo los propios estados de ánimo y motivarse a sí mismo. En contraposición, las otras dos dimensiones (empatía y habilidad social) hacen referencia a la relación con las otras personas, configurando ambas la competencia social.

Estudios preliminares sobre el coeficiente intelectual de los jugadores de tenis de mesa chinos.
Nombre: Tao Zhixiang (China).
Las versiones chinas de las escalas de Wechster para el estudio de la Inteligencia en adultos y niños se han usado para el examen de 95 jugadores chinos de diferentes niveles. Los resultados han mostrado que la media de inteligencia se sitúa en el promedio (coeficiente intelectual medio de 105,85) y su coeficiente verbal es ligeramente mayor que el intelectual (con un 107,38 y 101,59 respectivamente).
El desarrollo intelectual en estudiantes superiores de educación física es mejor que el de los jugadores de tenis de mesa del equipo nacional chino, mientras que el desarrollo intelectual de los jugadores del equipo nacional senior es mayor que los del equipo nacional juvenil.
Existe pues una correlación negativa y baja entre los años de entrenamiento y el coeficiente intelectual (= -0.22 , p<0.05).
Esos resultados son bastante diferentes de las conclusiones obtenidas por otros estudios en dicho campo, el cual muestra que aún carecemos de suficientes pruebas que justifiquen la relación causal entre el entrenamiento atlético y el desarrollo intelectual.
Bueno, pues por lo que parece no hace falta ser muy inteligente para ser de los mejores jugadores del mundo, y mucho que me alegro pues de alguna manera eso engrandece nuestro deporte poniéndolo al alcance de la mayoría (por lo menos intelectualmente hablando).
Está claro que la inteligencia más importante para jugar bien a Tenis de Mesa es la inteligencia corporal o cinética que es la capacidad de coordinar los movimientos del cuerpo armoniosamente y de usarlo para resolver problemas, pero también influyen las demás inteligencias, en especial la intrapersonal, que nos va a permitir actuar con aplomo en los momentos más críticos e inyectarnos la confianza para conseguir la victoria. Una aptitud buena en estos dos tipos de inteligencia se manifiesta a menudo desde niño. La inteligencia en el Tenis de Mesa está muy ligada a la Táctica puesto que la Táctica es la utilización inteligente de todos nuestros recursos para conseguir la victoria.
Para empezar de manera inteligencia en el Tenis de Mesa lo primero y más importante es conocerse uno a sí mismo. Y ¿Qué es conocerse uno a sí mismo? Pues conocer nuestras fortalezas o puntos fuertes y nuestras debilidades o puntos débiles en el juego, de esta manera podremos idear estrategias que favorezcan esos puntos fuertes y trabajar nuestras debilidades para que no lo sean.
¿Qué es un punto fuerte?

Esto en principio puede parecer una pregunta obvia con una respuesta simple, pero en realidad hay varias formas diferentes de definir que es un punto fuerte. No se puede decir que las definiciones que figuran abajo sean definiciones perfectas, pero cualquiera de ellas podría servir de definición.
Un punto fuerte es:
• Algo que nos puede hacer ganar puntos: se puede tratar de un golpe técnico, puede ser el juego corto, puede ser una combinación táctica o inclusive una capacidad, o la actitud.
• Algo que hacemos mejor que el resto de nuestro juego - tales como una buena y rápida entrada de derecha o un buen resto.
• Algo que hacemos mejor que nuestro oponente – tal vez la toma de iniciativa, pudiera ser que fuéramos más rápidos que nuestro rival para tomar la iniciativa o tal vez somos mejores en la combinación de golpes.
Las dos primeras definiciones son bastante tradicionales y bien aceptadas por la mayoría, mientras que a la última definición vamos a sacarle algunas conclusiones interesantes. Si está de acuerdo con ella, se deduce que sus fuerzas no siempre son iguales, aunque evidentemente usted si es el mismo; ¡sus fuerzas pueden en realidad cambiar dependiendo de su oponente! Algo que vale la pena pensar y darle vueltas en la cabeza .¿no le parece?
¿Qué puede ser un punto fuerte?
Tenemos que tener presente que puede haber muchos más puntos fuertes que se pueden trabajar en los entrenamientos. Los servicios, los restos, el juego corto, los flips, las tácticas desde el servicio, la fuerza mental, el trabajo físico específico, el trabajo de pies, los reflejos, el juego desde lejos de la mesa, la lectura de giro, la anticipación, la fuerza, la respiración y relajación, la concentración, etc. Cualquiera de estas cuestiones, trabajándolas en los entrenamientos adecuadamente pueden convertirse en puntos fuertes en un futuro, esa es la idea básica de los entrenamientos, mejorar en todas y cada una de las técnicas-tácticas, mejorar en la velocidad de ejecución, mejorar nuestro equilibrio emocional, nuestra predisposición al esfuerzo y nuestro espíritu de lucha,
¿Cómo identificar sus fortalezas?
Ahora que tenemos una idea razonable de lo que es un punto fuerte en el tenis de mesa, podemos hablar de cómo averiguar cuáles son realmente nuestros propios puntos fuertes. Algunos métodos que se utilizan para identificar los puntos fuertes se enumeran a continuación.
Averiguar con qué golpes gano los puntos. Esto puede ser verdad, pero hay que tener cuidado al aplicar esta regla – podemos pensar que nuestro topspin de derecha es un punto fuerte, cuando en realidad gracias a los buenos restos cortos y a los buenos servicios que nos ha permitido entrar de derecha a bolas realmente fáciles y lo que realmente es el punto fuerte no es el topspin de derecha sino el servicio y los restos cortos. Esto nos lleva al siguiente método.
Averiguar con qué táctica configuramos los golpes ganadores. Por lo que mencionamos en el apartado anterior no nos fijaremos en el golpe ganador sino en como conseguimos esa bola ganadora, es decir como jugamos las bolas anteriores a la ganadora. Dicho de otra forma, ¿Qué hice para conseguir esa bola ganadora?
Tenemos que disfrutar del juego trabajando nuestros puntos fuertes en los entrenamientos. ¿A quién no le gusta entrenar lo que mejor hace? Todo el mundo disfruta entrenando algo que sabe que emplea para ganar puntos y que además lo hace bien. Pero también todos conocemos jugadores que entrenan su punto fuerte, teniendo muy bajo porcentaje de éxito. Esto no es una fortaleza del jugador es más bien una debilidad en realidad.
Un golpe que se siente seguro al hacerlo. Tal vez, pero ¿encaja ese golpe con el resto de su juego?. Podemos estar seguros por ejemplo al restar los servicios cortos y pupas cortando largo y fuerte, pero si somos atacantes hacer esto sería darle ventaja al rival, que rápidamente se adaptará a los restos y terminará atacándolos sin problemas, con lo que hemos perdido la iniciativa con el resto. Ese resto seguro cortado largo se puede convertir en una fortaleza si lo usamos esporádicamente y no como norma, así podremos sorprender a nuestro contrincante cuando lo utilicemos.
Un golpe con el que pierde pocos puntos. Esto probablemente sea una fortaleza, siempre y cuando sea parte de su juego regular. Si eres un jugador que le gusta tomar la iniciativa, fallar algunas entradas al principio es normal, más aún en la etapa de principiante y de perfeccionamiento pero a la larga esa iniciativa probablemente te dé la victoria, si no ya en ese encuentro, la búsqueda de la iniciativa tiene recompensas en el futuro. Es muy probable también que pierdas no pocos partidos por tomar esa iniciativa, que en los puntos finales cuando se atenaza el cuerpo, en el momento de la verdad se suele fallar. Es verdad, se tienen que perder partidos por ahí, pero hay que saberlo que es una inversión de futuro que merece la pena. La próxima vez estaré más preparado y no la voy a perder.
Lo que otras personas piensan que son sus puntos fuertes. Puede ser una buena idea tener a alguien más crítico que pueda darle una opinión sobre cuáles cree que son sus los puntos los fuertes de su juego. La calidad de los consejos que reciba dependerá de la calidad de asesor y de lo bien que le conozca. Si tiene entrenador, nadie mejor que él conoce sus puntos fuertes. Si tiene jugadores con los que entrena, puede hablar con ellos de ello.
Lo que la cámara dice que son sus puntos fuertes. Si puedes, grábate en video cada vez que compitas y analiza los partidos. Podrás hacer estudios de cómo ganas los puntos y de cómo los pierdes. Esto te permitirá saber con conocimiento cuáles son tus verdaderas fortalezas y debilidades.
¿Qué es un punto débil?
En general, yo diría que una debilidad en el tenis de mesa debe ser lo contrario de es un punto fuerte. Esto nos llevaría a las siguientes conclusiones:
Una debilidad es:
• Algo que te hace perder puntos - si se trata de un golpe técnico, puede ser el juego corto, puede ser una combinación táctica o inclusive una capacidad, o la actitud.
• Algo que haces peor que el resto de tu juego – tal como no saber entrar de derecha o de revés , tener un pobre juego corto o restar mal.
• Algo que te hace peor que tu oponente - tal como tener peor juego de pies que él o peor flip.
¿Cómo identificar sus puntos débiles?
Continuando en la misma línea, deberíamos ser capaces de identificar nuestras debilidades con todos o algunos de los métodos siguientes, si se utilizan adecuadamente.
• Averiguar con qué golpes técnicos pierde puntos.
• Averiguar con qué movimientos suyos ha hecho puntos su oponente.
• Algo que no te gusta trabajar en los entrenamientos, por ello se convierte en una debilidad.
• Un golpe que le cuesta y le parece difícil de hacer.
• Un golpe con el que pierde más puntos que gana.
• Lo que otras personas piensan que son sus debilidades.
• Lo que la cámara de video dice que son sus debilidades.
Conclusión
Con esta información está ahora de su mano conocer e identificar los puntos fuertes y débiles de su juego en el tenis de mesa. Una vez que se conozca bien, debe aprender a trabajar sus debilidades y que disfrute con ello, así con el trabajo y el tiempo seguro que dejarán de ser debilidades y hasta quien sabe, puede que algún día alguna de ellas se convierta en una fortaleza.
Cuando tenga que enfrentarse contra un contrincante el estudio que ha hecho sobre si mismo lo puede hacer de su contrincante, de modo que podrá conocer sus áreas fuertes y sus vulnerabilidades. Armado con este conocimiento, ya está listo para proceder a la elaboración de sus tácticas reales y efectivas para ese partido

1 comentario:

  1. Esta muy bien. Es una buena orientación para el conocimiento de las múltiples inteligencias y entre ellas, nada y nada menos la frl tm.

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